viernes, 7 de junio de 1991

POEMAS / Ediciones Matanzas, 1991

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Por Roberto Méndez Martínez.
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Mesura y número presiden el mundo del Arquitecto, nada queda al azar en estas edificaciones donde lo tanático egipcio apacienta en el mismo espejo de agua que la columnata mediterránea, con una alternancia más matinal que de crepúsculo. El canto ha sosegado la desazón del mito y las figuras forman conjuntos simbólicos sobre los que se entreteje una flora de ensueño: deidades infernales que han probado el olvido en el vientre de la granada, sirenas aquietadas por la trompa renacentista. El poema, sea en la escansión versicular o en la cartesiana cuadrícula del soneto parece tener su correspondiente arquetipo en la noche, eso le arranca resonancias impensadas y le da una aspiración, un vuelo. Más cercanos a la Ofrenda Musical que al deliquio chopiniano, los textos se disponen en la pagina seguros de sus centro, desfilan: la muerte en forma de pez, los ángeles mediadores, la luz siempre inalcanzable, por una vez el arquitecto equivoca la perspectiva para hacernos entrar en el Corredor de Palladio con los acordes de una Lección de Tinieblas, pero al final todo es promesa de divertimento y danza jubilosa mientras los espacios infinitos devuelven sus pascaliano terror con un guiño cómplice.
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Edición: Caridad Rodríguez.
Diseño e ilustraciones: Rolando Estévez.
Nota de solapa: Roberto Méndez Martínez.