lunes, 22 de septiembre de 2008

EQUÍVOCO / Félix Luis Viera

Publicado originalmente en La primera palabra, el lunes 22 de septiembre de 2008.
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Termino de leer La que se fue, antología de los cinco libros publicados desde el año de 1976 hasta 1994 por el poeta cubano Félix Luis Viera y La primera palabra que me viene a la mente es equívoco. Y digo equívoco y no error o equivocación, porque no serian palabras exactas para describir la sensación de estar contando algo que apenas puedes entender, de estar en el sitio equivocado, de no saber si la constatación de la ausencia o el vacío es parte esencial de lo poético o su materia misma. El poeta, por caminos diversos llega siempre al mismo sitio y allí está ya de algún modo, porque este es un viaje, el mismo, eterno. Se reencuentra con el que fue al final de numerosos viajes y los textos no son más que la crónica, el relato nada objetivo, los apuntes en el cuaderno de navegación o en los borde del mapa. Pero, ¿Qué hay en este lugar al que insiste en llegar repetidamente? ¿Qué puede sustentar dedicar una vida a intentar llegar, desde y por todos los caminos, a un sitio conocido, siempre el mismo? Sólo la duda, la presunción de que puede ser de otro modo. El equivoco, no el error, deja un margen estrecho en que naufraga la regla, el dogma y puede sobrevivir la poesía.

lunes, 8 de septiembre de 2008

LA PALABRA PLACER Y OTROS POEMAS / Gonzalo Rojas

Publicado originalmente en La primera palabra, el viernes 8 de agosto de 2008.
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Gonzalo Rojas es un asombroso caso de vitalidad y auténtica vocación. Leo una selección de su poesía editada por la Fundación TELMEX, al cuidado de la poeta cubana Elena Tamargo y La Primera Palabra que me viene a la mente hallazgo. Encontrar en un poeta contemporáneo la sensibilidad trascendente de los clásicos, una desafiante vocación lirica (en el sentido mas primitivo) y el impulso, siempre latente y muchas veces manifiesto de violentar todo orden (ejercicio de poder si se busca en la esencia), romper todo canon (probar su fragilidad) es algo que nos sucede cada muchos libros, cada muchas horas de lecturas baldías, cada muchos regresos al inicio del agua en la clepsidra. Gonzalo Rojas es uno de esos arqueros que afila las palabras como dardos, que extiende la mirada y su arco describe una parábola en que cada saeta, cada palabra, encuentra su costado indefenso.